Se propone presentar en el siguiente escrito, como fue recibido el amor de Dios por los residentes de la región de Galacia en el segundo viaje misionero del Apóstol Pablo (Hch 16:6), siendo el tema central de la carta escrita a los gentiles convertidos de ese lugar. Así mismo, para una mejor comprensión se citará una breve definición de la gracia en los vocablos hebreo moderno y griego koiné, una idea básica de la gracia en el Antiguo Testamento y su empleo en el Nuevo Testamento, que tenía la finalidad de alcanzar al pueblo no judío. Se explicará además, como el apóstol ya en este punto, a causa del desorden y desacreditación que generaron unos impostores aclara su autoridad para llevar el mensaje de salvación, explica quien es la fuente de la gracia, les señala el desvío en pos del engaño, el no vivir en el Espíritu y la consecuencia de anular la gracia de Dios y por último el aceptar la circuncisión implicaría asirse a las obligaciones de la Ley, lo cual dejaría sin valor la fe en Cristo.
Avanzando con el orden de ideas, el término gracia (janan) en la transliteración hebra se define con más énfasis en la acepción de «perdonar o mostrar misericordia», sugiriéndose como un «favor» que se hace, a menudo inesperado e inmerecido. En el mismo sentido, el término en griego (charis), no difiere mucho de su antecesora hebraica, pero si tiene diferentes aplicaciones, de las cuales se mencionan dos, para destacar su relación con el sentido de bondad, en primer lugar disposición amistosa de donde procede un acto de amor, especialmente referida a la gracia divina; en segundo sentido, el efecto de la gracia, estado o posicionamiento espiritual, de aquellos que la han experimentado como obsequio de parte de Dios.
En cuanto el uso del término en el Antiguo Testamento, este aparece unas ochenta veces, citándose por primera vez en (Gén. 33:5) “Son los hijos que Dios, en su gracia, ha dado a tu siervo”. Ya en el Nuevo Testamento, se fijó en un sentido de beneficio y se le dio toda su extensión. Se utilizó precisamente para caracterizar el nuevo orden de amor instaurado por Jesucristo y para confrontar al antiguo estado de esclavitud regido por la ley mosaica, sin invalidarla de un todo.
De lo anterior pues, Pablo en su escrito inicia con firmeza defendiendo su autoridad en vista de los ataques hechos por judaizantes (Gál.1:1) “apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre”; (Gál. 2:4) “apesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas”; (Gál. 1:15; 2:9 otros..), no expresa elogio a los destinatarios, demostrando enojo por los descuidos al mensaje de salvación que les había dado, por eso la forma distinta de iniciar otras cartas, cuando la armonía de gratitud por obediencia es manifestadaviendo una relación perfecta con Dios, algo que nadie podría lograr por sí mismo (1Co.1:6) “así como el testimonio acerca de Cristo ha sido confirmado en vosotros”. Y les concreta que la gracia y la paz vienen de Cristo, el cual se había sacrificado por ellos (Gál 1:4), “el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre“, (Heb 10:9) “y diciendo luego: He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad; quita lo primero, para establecer esto último”.
Además, lo único que debía hacer el nuevo creyente era rendirse a merced de Dios en un acto de fe con admirada gratitud por lo que ofrecía, destacando la importancia de lo hecho por nosotros. Por el contrario, al saludar a los hermanos gálatas no les alaba, sino que inmediatamente expresa su preocupación y asombro por la condición lamentable de estos creyentes (Gál.1:6) “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente”. A diferencia, de las epístolas escritas a otras iglesias, como por ejemplo el saludo a los tesalonicenses, donde se menciona(1Ts. 1:3) "la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo".
Los gálatas al creer que podían ganar la aceptación de Dios por medio de sus argumentos confusos, admitirían no confían plenamente en la obra de Cristo en la cruz. (Gál.2:21) “No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo”, (Rom 11:6) “Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra”. Así, como ocurrió con el apóstol Marcos donde también argumentaba contra situaciones que deterioraban la verdad, (Mar.7:9) “Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición”. De igual manera, la Ley no contradice a la promesa; ambas son complementarias. La Ley exigía justicia, pero no podía proveerla. Su función era preparar el camino haciendo consciente a las personas de sus pecados y de la necesidad de un Salvador. (Gál 3:21) “¿Luego la ley es contraria a las promesas de Dios? En ninguna manera; porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia fuera verdaderamente por la ley”.
Por lo siguiente, el llamado era en realidad a que los galenos estuvieran firmes en la herencia de la libertad que habían obtenido por medio de la fe en Cristo, evitando así, el yugo de la esclavitud nuevamente. Lo único que tenían que hacer era guardar por medio de la fe la esperanza de la justicia; pero estos por su inmadurez se encontraban en una selección crucial entre la ley y la gracia. Aquellos que optarán por la justificación según la ley, de la gracia habían caído, porque es imposible escoger ambas cosas a la vez. Ya que el poder efectivo de la gracia de Dios, se hace inoperante en la vida de cualquiera que confiara en sus propios esfuerzos para recibir la salvación (Gál 5:4) “De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído”.
Puesto que, la idea de los judíos radicales, era que un hombre mediante la estricta obediencia a la ley, podía llegar a tener una cuenta positiva con Dios, con el resultado de que Él estaría en deuda debiéndoles la Salvación. Con este argumento, los judaizantes confundían los principios de la fe cristiana, trayendo siempre como consecuencia una batalla perdida, porque la imperfección humana no podía nunca satisfacer la perfección de Dios (Rom 9:31-32) “más Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó. ¿Por qué?, Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo”.
Ya para finalizar, queda claro que el legalismo es apartarse del camino de la gracia, solamente les queda no descuidar ni malgastar su vida por la que Dios pagó con su propia vida. Queda la obligación para con el servicio en amor unos con otros, evitando a toda costa el uso de la libertad para la ocasión de la carne y así cumplir el mandamiento que cita: (Gál. 5:13) “Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros”.
Autor: Eduardo J.M.
Biografía
- Holman, G, (2007), Biblia Diario Vivir, Nashville, Tennessee, Estados Unidos de Norte América, Editorial Caribe.
- McDonald, W, (2004), Comentario Bíblico De William Mac Donald Gálatas, Editorial Clie.
- Jamieson, R, (1997), Comentario Exegético Y Explicativo De La Biblia tomo I: El Antiguo Testamento, El Paso, TX 79914, EE. UU, Editorial Casa Bautista.
- A. Torrey, (1880), Tesoro de Conocimiento Bíblico, Browne, Blayney, Scott, Editorial Descocido.
- Wilton, M. M. N, (1998), Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia, México D.F, Editorial Caribe.
- William E. Vine, (1.999), Diccionario Expositivo Vine De Palabras Del Antiguo y Nuevo Testamento Exhaustivo, Publishers, Nashville, TN, Una División de Thomas Nelson, Inc, Editorial Caribe.
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