Ahora bien, para continuar con el desarrollo de los puntos mencionados arriba, en (Ro. 6:1-23) destacando en estos pasajes dos aspectos fundamentales, “Morir al pecado”, el apóstol explica que los creyentes son libres del pecado, pero no abusando de la inmensa gracia con que Dios se caracteriza hacia el hombre, en cuando entra en plan de amor, aquí se da la ejemplificación con el bautismo como símbolo de la separación del viejo hombre al de la nueva criatura, mostrando que el creyente que continúa en pecado niega su identidad con Cristo. Ya en la nueva naturaleza, el creyente es llamado a vivir en justicia, no prestándose de ninguna manera a lo malo, comparando las partes del cuerpo con un uso indebido, y contrastando este con el buen uso de los miembros del mismo como instrumentos de justicia (Ro. 6: 1-13).
Continuando, ya en relación a la liberación de los rudimentos de la ley, el creyente está bajo gracia, se hace una pregunta: ¿tenemos libertad para pecar y pasar por alto los mandamientos de Las Escrituras?, la respuesta dada resalta el carácter imperativo de un no, como responde Pablo en el texto, “de Ninguna manera”. A su vez, cuando se estaba bajo la ley, el pecado era el amo, la Ley no ayudaba ni justificaba para vencer el pecado. Pero Ahora que estamos unidos en Cristo, El es nuestro Señor y nos da el poder para hacer o bueno y evitar lo malo (Ro. 6:15).
Así mismo, es imposible ser natural e independiente, cada persona tiene un amo, el cual puede ser el pecado o Dios. Ya en este nivel un creyente no es alguien que no pueda pecar, sino alguien que ya no es esclavo del pecado. Es decir, pertenece a Dios. Conviene subrayar, que libres del pecado se es siervos de Dios, donde se tiene como resultado la vida eterna en Cristo Jesús (Ro. 6:19-23).
Avanzando en el capitulo 7 de Romanos, Pablo en este punto hace una comparativa del matrimonio, el ejemplo de la mujer que se sujeta a su marido mientras este vive, de igual modo los hombres estarían sujetos a la Ley, pero ahora que la Ley a muerto en el cumplimiento de la promesa, es decir en el cuerpo de Cristo como sacrificio perfecto, para que sean de otro, entonces se entra en el periodo de la gracias por medio de Jesucristo. Ya con esto quiere decir, que se esta bajo el régimen del Espíritu y no de la letra (Ro. 7: 1- 6).
En un ejemplo algo jocoso, se puede explicar (Ro. 7: 9-11), en que quiere decir que donde no hay Ley, no hay pecado, en un escenario como éste las personas desconocen que sus acciones son pecaminosas a menos que la Ley les prohíba. Con la Ley las personas descubren que son pecadoras y que están en un estado de condenación, pero para nada más le sirven esta ley, ya que ella no las libra del mal. En otras palabras, por ejemplo: en un día soleado en la playa, una persona acaba de meterse al mar, y de pronto ve un cartel en la orilla que dice: “Prohibido nadar, hay tiburones”. En ese momento se le arruina el día, ¿es culpa del cartel? o ¿se molesta con la persona que lo puso? La ley es como ese cartel. Es esencial y se agradece que este allí, pero no le libra de los tiburones. Así es la Ley.
Hay que mencionar además, lo complicado de un corazón viciado, el cual se encuentra en constante lucha por salir de tal situación de desorden, claro si ha visto la gloria de Dios y la quiere seguir, tal es el estado que declara el apóstol Pablo en los versículos de (Ro. 7: 14-25), donde con grito de hombre desesperado describe la situación de cualquier cristiano que lucha contra el pecado o trata de agradar a Dios guardando reglas y leyes sin la ayuda del Espíritu Santo. Es por eso que no se puede subestimar el poder del pecado, no debemos luchar contra el con nuestras propias fuerzas. En vez de luchar con nuestras propias capacidades, mejor es apropiarnos del poder enorme que nos brinda Cristo en su inmenso amor. Esta es la provisión que nos da Dios para vencer las trampas del pecado. Dios envía al Espíritu Santo a morar en nosotros para darnos el poder, pues cuando se cae en el error o través, El amorosamente nos ayuda a levantarnos. Estas luchas son mucho más difíciles para los que no son cristianos y no tienen el Espíritu Santo de Dios morando en ellos, pues viven en una lucha constantemente cuando son atacados por el mal.
Ya finalizando con el capítulo 7 de la Carta a los Romanos, Pablo aconseja cuando el creyente que se encuentra en esta situación, a remontarnos a los inicios de nuestra vida espiritual y a recordar lo que Nuestro Señor Jesucristo hizo para darnos el poder en su amor en la cruz y así nos concederá una victoria verdadera sobre las amenazas del enemigo que asedian.
Ya con el objeto de cerrar el ensayo, resaltaremos los puntos más importantes del capítulo 8, donde se destaca lo opuesto de la condición del hombre en estado pecaminoso que se venia tratando en los capítulos anteriores, dirigiéndole ahora por el camino de la santificación. Esta nueva ruta tiene como guía principal al Espíritu Santo. Ya la persona bajo este camino no es controlada por la Ley, por que se perdona su pasado, y por medio del Espíritu esta capacitada para hacer lo que la Ley requiere mientras espera la resurrección final en gloria. El Espíritu nos hace hijos de Dios y no asegura una maravillosa gloria futura. En (Ro. 8:1-9) declara la penalidad a los que se encuentran bajo la carne (esta última es la parte del creyente en la que no mora el bien, sus deseos, paciones y pensamientos egoístas) contrastada por los que están conforme al Espíritu, la cual da vida, paz y libra de la Ley del pecado. Este estado de libertad plana garantiza en el creyente la morada del Espíritu Santo en el, pero si en alguno que no ha aceptado la obra redentora de Cristo, no es de El. Más adelante en el texto, se demanda hacer morir las obras de la carne para permanecer en el camino de vida (Ro. 8:13).
Otra de las cualidades que hemos mencionado; pero la quiero resaltar en este punto, es la importancia de la identidad como hijos de Dios que somos, cuando entendemos que nuestra relación con Cristo no esta forjada en lo que las emociones no pueda hacer sentir, sino por el simple hecho de que Nuestro Señor Jesucristo lo prometió. Asimismo, como hijos de Dios, formamos parte en el recibimiento de la herencia de Dios y coherederos juntamente con Cristo, claro está, que esto implica que juntamente debemos padecer juntamente con El para ser glorificados (Ro. 8:17).
La misma creación será bendecida con la manifestación gloriosa de los hijos de Dios en aquel día, es decir el día de instauración del Reino venidero. Esto lo revela el texto en el (Ro. 8: 18-22) donde dice que gime en espera de tan apreciado momento. También, queda demostrado que en la gloria fututa nosotros los creyentes experimentaremos el renuevo de nuestros cuerpos, cosa que debemos esperar con paciencia y con la ayuda del Espíritu quien nos asiste en nuestras debilidades intercediendo por nosotros (Ro. 8:23-27).
Los llamados, esto expresa que no todos conforman el plan de Dios, no por que El excluya a unos si y a otros no, más bien se destaca el desarrollo de una oportunidad para todos, pero lamentablemente no es así por la decisión errada que muchos toman de no seguir los caminos del Señor en fe y para fe. He aquí la definición acertada del termino predestinó, donde en realidad este término fluye como un sello o marca, no por que antes de la creación ya había una escogencia, en realidad lo que se manifiesta es un conocimiento de parte de Dios de los que iban a responder positivamente a ese llamado, sobre estos cae la marca del término. Esto queda más claro cuando se lee el versículo 30 del capítulo 8, cuando Dios no solo los predestinó, y solo conoció, también losllamo a los creyentes por medio del evangelio, de los cuales no todos responden de manera positiva, más otros de manera contraria.
Concluyendo, en los versículos finales de capítulo 8 de la Carta a los Romanos, se destaca una de las promesas más confortadoras en toda la Escritura. La mayoría de los creyentes han tenido que vivir situaciones difíciles. Persecuciones, enfermedad, prisión y aún hasta la muerte. Llevando a pensar que Cristo los había abandonado. Pero Pablo Exclama que es imposible que algo nos separe de Cristo, su muerte ha nuestro favor es una prueba de su amor inquebrantable (Ro. 8:35-39).
Autor: Eduardo Molina
BIBLIOGRAFÍA
Biblia el Diario Vivir, Publicada por Editorial Caribe, por Grupo Nelson, Año 1997.
Nuevo Comentario ilustrado de la Biblia, Editorial Caribe, Earl D. Radmacher y Ronald B. Allan Editores, año 1.999.
Biblia de Bosquejos y Sermones Tomo 7 Romanos. Editorial Portavoz, por alfa y Omega Ministerios, Año 1.998.
BIBLIOGRAFÍA
Biblia el Diario Vivir, Publicada por Editorial Caribe, por Grupo Nelson, Año 1997.
Nuevo Comentario ilustrado de la Biblia, Editorial Caribe, Earl D. Radmacher y Ronald B. Allan Editores, año 1.999.
Biblia de Bosquejos y Sermones Tomo 7 Romanos. Editorial Portavoz, por alfa y Omega Ministerios, Año 1.998.
0 comentarios:
Publicar un comentario